La Presidencia Nacional establecerá Unidades de Servicio para el buen funcionamiento de la Asociación, que favorezcan el cumplimiento de sus fines. Somos una organización civil, sin fines de lucro; abierta al diálogo ecuménico; sin filiación política; al servicio de la Iglesia y la Comunidad Nacional Venezolana. Fundada en 1945, agrupa a todas aquellas instituciones Educativas que voluntariamente piden asociarse y que se definen por un Proyecto Educativo de calidad evangelizador, de compromiso creyente y de cambio social.
Enero – Marzo 2024
Francisco A. Méndez S. SDB
Presidencia Nacional de AVEC
Estamos tocando un tema de gran importancia. Las sociedades se construyen a la imagen de su sistema educativo. Cuando estos sistemas no son significativos y no transforman a los ciudadanos, quienes liderizan imponen ideas y corrientes de pensamientos inapropiados, porque no surgen de los valores que esa sociedad se ha planteado porque los necesita, y que ha promovido en sus escuelas. Los sistemas educativos muchas veces son considerados, desgraciadamente, como la herramienta con la cual se impone una forma determinada de ver el mundo, a la persona, a la historia y de las fuerzas que las mueven; pero lo peligroso de ese enfoque no está en ese conjunto de pensamientos, sino de dónde proviene: cuando es una minoría que lo “fabrica” y lo hace único, cerrando otras alternativas e hipotecando el futuro de una nación.
La preocupación por reformar un sistema educativo siempre será una buena noticia, porque hace ver de la sensibilidad de un país para brindar una educación apropiada a los tiempos; pero lo importante no es iniciar una reforma, sino responder estrictamente a lo que la hizo necesaria.
En este sentido nos preguntamos: ¿Por qué necesitamos una reforma educativa?
Estamos en una sociedad que es parte de un mundo global altamente cambiante. Un vistazo al inicio de siglo y otro a los avances y cambios que se anuncian para dentro de pocos años nos hace ver que estamos en un continuo devenir. No solamente la tecnología, hasta el clima mundial está cambiando, y con ello el ritmo de las industrias, sus productos, sus compromisos con el ambiente, la medicina, la forma de concebir a las escuelas y universidades, hasta la configuración de países, y sumemos los cambios que producen las guerras y los desastres naturales.
Necesitamos una educación que tome en cuenta estos nuevos escenarios mundiales, el siglo XXI avanza y nos está llevando por senderos insospechados. La ciencia avanza aceleradamente, y la humanidad no debe quedarse atrás, más bien debe estar preparada para comprender, asimilar y sobrevivir en un mundo con estas características.
Nuestro país viene padeciendo desde hace mucho de una buena educación. Las estadísticas que recibimos de diversos observatorios de la realidad escolar, que son las que se conocen, porque las versiones oficiales no son presentadas o son poco creíbles, arrojan datos alarmantes y confirman que nuestro sistema educativo urge de una reforma. Es de notar que no nos hemos medido recientemente con los estándares internacionales de calidad educativa, y de haberlo, tampoco se esperan buenos resultados, porque internamente ya hay organizaciones que nos han presentado sus investigaciones, las cuales han arrojado resultados poco halagadores.
De todos modos, tenemos que soñar. La reforma educativa es concebida como una transformación con el fin de mejorar la calidad de la educación, garantizando el máximo aprendizaje para los estudiantes. Nuestra Carta Magna, en su artículo 103 expresa: “Toda persona tiene derecho a una educación integral, de calidad, permanente, en igualdad de condiciones
y oportunidades, sin más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones…” Y hacia esa dirección debe indicar la reforma educativa: satisfacer el derecho a una educación integral, de calidad y permanente.
Me permito, a mi manera de ver, precisar lo que podrían ser las metas de una reforma educativa.
Mejores escuelas
Hay datos abrumadores que nos hablan de un descuido gravísimo en las estructuras escolares. La deficiencia en servicios como agua, gas, electricidad, internet, baños, entre otros, hace ver que si pensamos en reforma habrá que comenzar por estos mínimos. Reformar para tener mayor calidad educativa exigirá atender estas realidades básicas, implementar una política pública de mayor inversión en estas estructuras y garantizar que todo lo que se haga sea cuidado y bien mantenido.
Dotar escuelas y dejarlas desprotegidas y sin suficiente seguridad, causará pérdidas irreversibles y cuantiosas al estado.
Mejores maestros
Son diversos los aspectos que hay que considerar para tener mejores maestros. Uno de ellos, y esencial, es su remuneración. La labor educativa es de las más altas tareas a las que se puede dedicar un ser humano. Quien educa tiene en sus aulas al futuro de un país, y debe dar lo mejor de sí mismo y hacer surgir lo mejor de sus estudiantes. Un maestro bueno se actualiza constantemente y debe sentir felicidad por lo que hace. Y su salario debe garantizar que no debe estar buscando otras fuentes de ingreso para poder sobrevivir. Los emprendimientos son buena idea, pero los maestros no deben tener necesidad de ello. Otro aspecto es su formación. En ese sentido, la base de una buena formación surge de la adquisición de capacidades y herramientas que debe tener el maestro para desarrollar y lograr la implementación del currículo nacional.
Maestros, como tercer aspecto, atendidos integralmente. No solo en su formación y con salarios dignos, también con un sistema de atención que le permita el cuido de su salud física y emocional.
Maestros que reciben gratificaciones y continuas oportunidades de desarrollo de sus capacidades, no solo una formación inicial, también requieren de un plan continuo que les ayude a estar en formar profesionalmente.
Mejores estudiantes
Las reformas deben responder a las grandes metas que se plantea un país para sus ciudadanos. Se requiere, al respecto, precisar qué perfil de ciudadano queremos. Estos perfiles se lograrán en la medida que la escuela sea consecuente con el currículo, obviar aspectos centrales del mismo ocasionará saldos negativos a la hora de consolidar resultados. Lamentablemente en muchas de nuestras escuelas hay una frágil formación integral, basta mostrar la experiencia de muchos estudiantes que terminan su bachillerato sin haber visto áreas del conocimiento esenciales por dos, tres y hasta cuatro años. La falta de docentes para esas áreas ha dejado vacíos que se llevarán por muchos años consigo cada uno de esos estudiantes. Insisto: dejemos a un lado la idea terrible de descartar la importancia de una solidez académica y humana, sustituyéndola por adoctrinamientos circunstanciales que responden a intereses rigurosamente políticos. El énfasis en estos aspectos ideológicos está formando individuos, no personas, que ven en la praxis política formas de solucionar su vida, con pérdida de la dimensión social y comunitaria.
Mejores contenidos
Las reformas educativas se justifican en la medida en que proporcionan mayor claridad a la enseñanza, van enriqueciendo y ajustando, de acuerdo al ideal de sociedad y de persona, los contenidos que en ella se imparten. Si la Constitución de la República determina la integralidad de la educación, entonces los contenidos deben ajustarse a ello, recuperar su enfoque holístico, trascender la visión corta y adentrarse en los aspectos del saber que impulsan, sostienen y hacen posible alcanzar esos perfiles de ciudadanos deseados.
En nuestra Asociación Venezolana de Educación Católica tenemos la disposición de aportar continuamente ante las autoridades educativas para enriquecer las reformas que el estado se ha propuesto. Agradecemos que nos han invitado y/o recibido de buena manera. Pero el camino es largo, y hay una tarea urgente por hacer: que todo esto converja en un Diseño Curricular bien ensamblado, sin parches, sin barandas rotas, que sea acorde a la realidad país; igualmente, un compromiso político serio de crear la plataforma necesaria para que este se de: la puesta al día de la infraestructura escolar, su dotación, el funcionamiento de sus servicios; y como consecuencia lógica, recuperar el buen trato al maestro, en todos los aspectos antes mencionados.
Hablemos con mayor conciencia: transformar el currículo, sí, pero transformando las condiciones de las escuelas, maestros, estudiantes y los contenidos. De esta forma damos pasos agigantados hacia una Venezuela que se supera y actualiza.
Presidente
1er. Vicepresidente
2do. Vicepresidente
3era. Vicepresidenta
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